“Mi padre amaba a Unión La Calera y me emociona saber que se le recuerda con cariño”, detalla acerca del recordado técnico que fue campeón en 1961 con los rojos,
REPORTAJES.- Aunque han pasado ya 63 años, los hinchas de Unión La Calera -de todas las edades- recuerdan con cariño al histórico equipo que en 1961 logró su primer título profesional y el ascenso a Primera División, en un hecho que revolucionó a la ciudad en aquel entonces.
Y de ese histórico plantel se recuerdan no solo los emblemáticos jugadores y triunfos, sino también una figura no menos importante para esa gesta deportiva: el director técnico de ese equipo, Óscar Andrade Reveco, quien guio con sapiencia al grupo de jugadores al campeonato.
El nombre del oriundo de Talca está íntimamente ligado a la historia del cuadro cementero desde sus inicios. De hecho, en 1954 -cuando el club de la ciudad debutó en la Segunda División con el nombre de Deportes La Calera-, Andrade fue uno de los varios entrenadores que tuvo el equipo ese año.
Regresó en 1960 para reemplazar al argentino Donato Hernández y desde la novena fecha de ese torneo continuó hasta el año siguiente, temporada de consagración para los rojos con el ascenso a Primera División.
Andrade y su vínculo con los rojos
Pocos lo saben tal vez, pero el histórico entrenador que supo ser campeón con el conjunto calerano fue el padre del conocido cantante nacional del mismo nombre, quien se hizo ampliamente conocido en la década de los ochenta con canciones como “Noticiero Crónico” y “La Tregua”.
“El Observador” conversó con el cantautor Óscar Andrade, hoy radicado en Concón, quien recordó con especial cariño a La Calera y los años en que su progenitor dirigió al equipo de la comuna.
“¿De La Calera? ¡Qué bueno! ¡Mi padre dirigió a Unión La Calera! ¡El equipo del ‘Tato’ Pérez, René Orlando Meléndez, el ‘Chico’ Torres!”, responde de entrada el artista nacional.
Aunque era un niño de solo cuatro años cuando los rojos dieron la vuelta olímpica en 1961 y no tiene tantos recuerdos de ese tiempo, sí atesora otros, como cuando ya más grande acompañó a su padre en La Calera en sus siguientes pasos por el club.
“Yo siempre sentí que, de todos los clubes que dirigió mi padre, él se sentía más feliz con dos: uno era Rangers, porque era talquino; y el otro fue Unión La Calera, porque ahí tuvo los mejores amigos”, dice.
El recordado entrenador tuvo una amplia trayectoria en el fútbol chileno. Pupilo de Luis Tirado, histórico técnico nacional, fue un hombre dedicado al fútbol. Su hijo recuerda que en su casa solo se hablaba de deporte y lo compara nada menos que con Marcelo Bielsa.
“Guardando las proporciones, mi padre se dedicaba ciento por ciento al fútbol, igual que Bielsa, con el mismo fanatismo. Era serio, circunspecto y dedicado a su trabajo, muy profesional”, asegura.
Después de salir de La Calera en 1962, Óscar Andrade regresó en 1968, pero como entrenador de Rangers de Talca. Su hijo recuerda muy bien ese partido, en que Unión La Calera goleó sin piedad por 7-0.
“Yo era un niño y con mi mamá estábamos en la tribuna. Yo era un cabro chico bien ‘catete’ y fui anticipando cada uno de los goles. Después fui al camarín donde el ambiente estaba tenso. Mi papá me dijo que lo acompañara al bus. Los jugadores de Rangers estaban todos arriba y yo me quedé al lado del chofer”, cuenta.
“Mi padre -agrega- caminó hasta el final del bus y dijo: ‘Caballeros, desde este momento ustedes ya no pertenecen a Rangers. Quedan libres’. Nadie dijo nada. Los echó. Los últimos partidos los jugó con cabros jóvenes y se salvó del descenso.Y al año siguiente fue segundo y clasificó a Copa Libertadores”.
Andrade volvió a dirigir tres veces en Unión La Calera. El cantante nacional recuerda especialmente su retorno en 1972 (también volvería en 1979 y 1981), cuando él ya tenía 14 o 15 años.
“Yo muchas veces lo acompañé y se juntaba con sus amigos. Los paisanos eran muy divertidos”, señala. De la ciudad en general guarda claros y muy buenos recuerdos. “Le decían la California Chica en ese tiempo, por ahí se movía todo. Mi papá la pasaba muy bien ahí, la gente era muy simpática”, explica Óscar Andrade.
“Me acuerdo que La Calera tenía mucha vida -añade-. Recuerdo acompañar a mi padre cuando se reunía con los dirigentes, los chistes, las bromas y lo sabroso y entretenido que era eso para uno como cabro chico”.
Entre tantos momentos, relata uno que le llamó mucho la atención: “Recuerdo de ver a un dirigente de apellido Chahuán, corriendo por la orilla de la cancha en un partido, mordiendo un pañuelo, siguiendo el movimiento de los jugadores, enfervorizado viviendo el partido. Fue increíble”.
“Me gustaría ir a La Calera”
Además, el cantautor nacional comenta que le encanta la zona y que cuando debe viajar a Santiago prefiere hacerlo por la Ruta 60 CH. “Es precioso el paisaje, el verde y los cerros en Quillota, La Cruz y La Calera. Cuando mi hermano mayor hacía negocios con paltas e iba a esa zona, yo lo acompañaba en el camión”.
Óscar Andrade Reveco falleció en 1998 a los 77 años, debido a problemas coronarios. “Era muy fumador. En un partido de fútbol se fumaba una cajetilla y media de cigarrillos”, cuenta su hijo, quien alguna vez soñó con ser futbolista.}
Jugaba todo el día e íntimamente quiso hacer las dos cosas: futbolista y cantante, pero su padre lo guió. “Me dijo: ‘Usted no puede ser las dos cosas. No puede estar viernes y sábado cantando, acostándose tarde y el domingo jugando, eso no es compatible’. Calculé en qué iba a durar más y me decidí por ser cantante”, afirma.
El recuerdo de su padre en La Calera es imborrable, a tal punto que cuando un grupo de jugadores del plantel campeón de 1961 creó y grabó la famosa cueca de los campeones, en la letra también se incluye al entonces DT: “…y lo hizo un hombre que sabe, caramba Óscar Andrade”, cierra la tradicional canción.
Cuando se le menciona este hecho, y el que aún incluso las generaciones más jóvenes sepan quién fue Andrade, el artista no oculta su orgullo. “Me emociona. Es un sentimiento reciproco, porque mi padre amaba a Unión La Calera. Feliz de escuchar que aún se le recuerde”, expresa, además de manifestar un deseo: “Me gustaría ir a La Calera. Me encantaría cantar allá porque hay tantas historias con mi padre y conmigo, que sería muy entretenido”.