Como la pesca está complicada han sabido reinventarse, aunque no pierden la esperanza de volver a cosechar los productos del mar
QUINTERO.- Siempre es atractivo un paseo en bote a la hora de visitar un balneario. De hecho, son decenas los turistas que buscan una embarcación que les permita pasear mar adentro y conocer la ciudad desde otra perspectiva. Este es uno de los principales rubros al que se dedican los pescadores de la caleta El Embarcadero, quienes han incursionado en esta área para obtener recursos y subsistir durante la época estival.
Los paseos en bote cuestan dos mil pesos y en ellos un guía va contando los detalles e historias de la comuna. Desde el comercial de Kem Piña grabado en la playa Los Enamorados hasta el mítico Cristo Hundido -que yace a más de 13 metros en el fondo de la costa quinterana-, se suman otros paisajes que encantan a los turistas que recorren el balneario.
“El viaje es muy entretenido. Conocimos todas las partes de Quintero y me parece interesante que los pescadores puedan ampliar su fuente laboral”, contó Ximena Segovia, quien visitaba la comuna junto a su familia. Y la relevancia de estos paseos es que apoyan los ingresos económicos de los pescadores, tal como contó el tesorero del Sindicato El Embarcadero, Adolfo Martínez.
“El paseo es importante pero tampoco es muy rentable. Este año no ha habido mucho flujo de turistas, solo el fin de semana. Aquí hay 15 embarcaciones que se dedican a este rubro y están trabajando día por medio. Estamos dedicados al turismo más que a otra cosa porque nos deja algo, pero no siempre llegan muchos visitantes”, reconoció.
CALETA DE PESCADORES ARTESANALES Y DE SERVICIO
El Sindicato de Pescadores Artesanales El Embarcadero se formó en 1984 luego de ser, por años, una cooperativa de buzos mariscadores. Para sus 63 socios, a pesar de lo difícil que está la pesca, la jibia es el producto del mar que más aporta a su sustento, por lo que esperan con ansias la época de este producto para poder mejorar los ingresos familiares.
“Antes había harta pesca y no se necesitaba salir de la bahía como ahora. Nuestro fuerte es la jibia porque vendemos mucho a las industrias y es en marzo cuando podemos sacarla. Este año tenemos esperanza que sea mejor porque así tendremos más sustento para nuestras familias. Pero la pesca ya no es como antes, sobre todo por la misma contaminación”, agregó el tesorero del sindicato.
El Embarcadero, además, se ha transformado con el tiempo en un muelle de servicios, puesto que prestan herramientas a distintas embarcaciones que pasan por el lugar. La caleta tiene un puesto de petróleo para abastecer a barcos que lo requieran y lo más novedoso es la máquina de hielo que adquirieron para botes que necesiten mantener sus productos.
“Nos favorece tener convenios con empresas que trabajan en la naviera, que vienen a cargar petróleo y agua, por lo que se les prestan servicios. Somos la única que lo hace en la bahía. Tenemos grúas para maniobras de carga y descargas, entre otros servicios. Tenemos una planta de hielo certificado que sirve para echarle al pescado, entonces nosotros vendemos cantidades a las embarcaciones para mantener la pesca”, destacó Martínez.
A pesar de la falta de peces, para los trabajadores es vital seguir manteniendo vivo este oficio y buscar diversas áreas que les permitan dar ingresos a la caleta y a sus familias, sin tener que migrar a otros balnearios como lo han hecho ya muchos de la zona.