Fue arriero y minero. Nunca pudo ir a la escuela, pero sabe hacer perfectamente todas las operaciones matemáticas.
LA CALERA.- El 24 de noviembre Luis Arnoldo Codoceo Cortés cumplió 102 años, convirtiéndose en uno de los caleranos más longevos. Quizás el más. Su hija mayor, Jannet, dice: “Mi papá está bien. Tiene muy buena memoria. Se levanta solo y hace todas sus cosas. Solo tiene algunas dificultades para caminar en tramos largos, pero en la casa lo hace hasta sin bastón”.
Como muchos que hoy habitan en la comuna, sus raíces están en el Norte Chico, ya que nació el 24 de noviembre de 1922 en un pueblito llamado Los Pantanos, ubicado al interior de Canela Alto. Su familia se dedicaba al cultivo del comino y a la crianza de animales, por lo que sus viajes a La Calera los hacía a pie -por cientos de kilómetros- junto a las cabras de su familia.
Después del Servicio Militar, que hizo en el norte, Luis Codoceo Cortés llegó en 1938 a La Calera. Tiene recuerdos muy frescos de esos tiempos, cuando la ciudad era chiquita y el río fluía en espacios que ahora son poblaciones. También vienen a su memoria los escasos buses, los primeros dueños de autos, los negocios, las fiestas, las ramadas y su participación en torneos de rayuela.
Trabajó en los campos de La Cruz y después se hizo minero en La Melonita. Jubiló luego de treinta años, pero volvió al tiempo a perforar los cerros en la cordillera de El Melón, específicamente en Minas Navío. Es casado con Irma Bustamante Carrera, oriunda del sur, a quien conoció en La Calera. Contrajeron matrimonio en febrero de 1959 y aún comparten su vida en el hogar familiar de la segunda etapa de la población Sicem.
Una amplia familia y cálida celebración
Su hija Jannet dice que la memoria nunca le ha jugado una mala pasada a su padre. Tiene recuerdos perfectos de Los Pantanos, la crianza de animales y los terribles años de sequía; como también de los viajes hasta La Calera para cambiar productos por alimentos que solo podía encontrar en la ciudad. Aunque nunca fue a la escuela, sabe sumar, restar y multiplicar. Todo lo hace mentalmente con una certeza perfecta, gracias a sus hermanos y sus hijos.
Incluso tuvo un almacén de abarrotes en la esquina de Josefina y Blanco, donde él llevaba todas las cuentas. Su hija Jannet agrega otro hecho significativo: “Creíamos que no sabía leer, porque no hacía mayor alarde de ello. Decía que le costaba unir las letras. Pero está al día en todo, y cuando llegan cartas a la casa, él las va entregando a cada uno de los destinatarios. No sabemos cómo lo hace y aún es un misterio para nosotros”.
Luis Codoceo Cortés y su esposa Irma Bustamante -que actualmente tiene 82 años- han sido padres de cuatro hijos, uno fallecido: le sobreviven Jannet, Armi -que reside en Buenos Aires- y Luis. Los 102 años fueron celebrados en la sede social de calle San Diego, porque la familia ha crecido bastante y las casas de la población Sicem son pequeñas.