Calerana se fue buscando mejor vida y halló la muerte en el derrumbe de Valparaíso

Publicado el at 6:26 pm
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Francisca Muñoz Barraza salió hace seis años de la Villa René Pienovi para comenzar una nueva vida junto a sus hijos en el puerto

LA CALERA.- Poco antes de las 20 horas del pasado jueves 15 de agosto, los ojos de todo el país se volcaron a Valparaíso, pues como en tantas otras oportunidades una tragedia asolaba a aquella ciudad patrimonial.

Es que, durante décadas, el Puerto ha debido soportar la desidia de autoridades porque con el paso del tiempo la belleza de sus calles y construcciones ha generado diversas catástrofes y en esta oportunidad, lo que parecía un terremoto no se trataba más que del colapso de una vivienda en el cerro Bellavista, uno de los lugares más visitados de la ciudad.

VILLA RENÉ PIENOVI

Para las seis víctimas fatales todo era fiesta y celebración hasta segundos antes del estruendo. Una de ellas era Francisca Muñoz Barraza, una calerana que seis años atrás había dejado su departamento en la Villa René Pienovi para ir en busca de nuevas oportunidades a la ciudad de Valparaíso.

Seguramente, entre los últimos pensamientos de “Panchita” -como le decían todos sus cercanos, incluidos sus vecinos de La Calera- se incluyeron aquellos años en los que compartió entre los blocks de calle Amthor y donde jugaron tanto tiempo sus dos hijos mayores.

En la villa primero conocieron a Carmen Gloria Barraza, la madre de Francisca, luego a Francisca y a sus hermanos, una gran familia que por varios años permaneció en ese lugar hasta que poco a poco fueron migrando a Valparaíso. La primera en partir fue la hermana de Francisca, luego la siguió la misma “Panchita”, posteriormente su mamá y hace poco tiempo su hermano, que fue el último de la familia directa que dejó la “René Pienovi” en busca de otros horizontes.

MIGRÓ A VALPARAÍSO

Con dos hijos y uno en camino, Francisca recibió el apoyo de su hermana para ir a probar suerte a la ciudad puerto, donde lo consiguió trabajando en un restorán muy cerca del sitio del derrumbe.

Fue allí donde encontró la estabilidad económica que no pudo alcanzar en La Calera, donde sólo tenía trabajos esporádicos o de temporada, y ya había dicho que estaba contenta en su nueva vida como porteña. Allá también encontró el amor en los brazos de Rafael Huerta Cuadra, un porteño que -lamentablemente- falleció hace un par de años, mientras cumplía condena en el módulo 103 del penal de Valparaíso.

Dos años después de enviudar, la suerte había comenzado a cambiar para Francisca, ya que nuevamente encontró el amor en el joven venezolano Carlos Mendoza Villanueva, quien el mismo miércoles estaba celebrando su vigésimo primer cumpleaños junto a sus compatriotas Eduardo Flores, Enzo Martínez y la misma “Panchita”.

TRÁGICA MUERTE

Y así, de la alegría de celebrar un cumpleaños, un nuevo amor y su cambio de vida, sobrevino la tragedia. Los cuatro jóvenes ni siquiera estaban al interior de la casa que colapsó, sino que celebraban en una escalera justo bajo la vivienda que sepultó a los cuatro, completando un saldo de seis víctimas fatales en total y también dejando a tres pequeños sin madre y sin padre, cuyas vidas encontraron trágicos finales en Valparaíso.

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