A pesar de que sus dos piernas fueron amputadas se mantiene lúcida, saludable y de muy buen ánimo
CABILDO.- Rodeada de amor y cariño, María Pérez Pérez cumplió cien años, algo que no hubiese sido posible de no ser por su sobrina, quien hace seis años la pudo rescatar del más ingrato abandono y la soledad. La historia de esta longeva mujer es conmovedora, pero a la vez da testimonio de una gran fortaleza.
Su vida transcurrió en el sector alto de Cabildo, entre Domeyko y Quebrada El Chivato, cobijada en una hermosa casa de sólidas paredes que con su esposo fueron construyendo. Nunca tuvieron hijos, pero sus sobrinos suplían ese sentimiento en el corazón de María, quien les demostraba su aprecio a diario.
La vida avanzaba con normalidad pero cuando tenía 50 años recibió la noticia más triste de su vida: Guillermo, su marido y compañero, había fallecido en un trágico accidente ocurrido al interior del pique donde trabajaba, al ser aplastado por una avalancha de tierra.
Nunca pudo superar esta pérdida, pero el hogar que habían construido juntos era su refugio y en él conservaba cada uno de los momentos compartidos. En medio de la soledad y la tristeza, sus sobrinos la comenzaron a frecuentar, especialmente una de ellas, quien a diario le hacía compañía. En agradecimiento María le heredó su casa, la cual podría hacer uso una vez que su tía falleciera.
Al poco tiempo sufrió un accidente vascular, y la heredera decidió enviarla a un asilo, sin su consentimiento y con prohibición de visitas, mientras comenzó a arrendar la propiedad a un tercero, para beneficio de la sobrina. El 2013 fue trasladada al Hogar de Ancianos de Cabildo y, producto de una gangrena, fueron amputadas sus dos piernas.
Su sobrina, Fanny Godoy, quien venía hace años intentando tener contacto con su tía, logró rescatarla, llevarla consigo a su casa y entregarle todo el cuidado y el amor que merecía. “El Observador” dio a conocer, en mayo de 2014, esta conmovedora historia. y tras varias pasadas por tribunales, María logró recuperar su hogar.
RODEADA DE AMOR
El pasado 24 de mayo esta aguerrida mujer cumplió cien años, rodeada de todos quienes hoy le han devuelto la posibilidad de vivir una vejez digna. Su sobrina Fany, quien trabaja en el servicentro Copec de Cabildo, también comparte su alegría. “Ella está lúcida y que esté con nosotros, a esta edad y de esta manera, es muy emocionante para nosotros”, destacó.
Por su parte, la cumpleañera dijo “Yo me siento bien a mis cien años, lo único malo es que no puedo salir a caminar, pero estoy contenta de haber llegado a esta edad”, contó María a “El Observador”.
Y es que, a pesar de todo lo que le ha debido pasar, hay algo que no se desprende de ella: su fortaleza y esas ganas de vivir con las que recibe cada nuevo amanecer, junto a su sobrina y amigas que la cuidan y acompañan a diario.
