Tras un accidente en Quillota el 2016, le dijeron que no volvería a caminar. Pero lo hizo y siguió recorriendo Sudamérica. Hoy las secuelas la obligan a costosa intervención quirúrgica
QUILPUÉ.- Susana Hermosilla González es conocida como “Tormenta” en el mundo motoquero de la región y el país. A sus 42 años parece haber vivido varias vidas que han dejado secuelas. Pero nada la detiene, solo sabe avanzar.
“Tormenta” es madre de 3 hijos (también motociclistas), abuela de 2 nietos y además es la primera mujer motociclista con discapacidad física, que ha recorrido Chile de extremo a extremo y parte de Sudamérica sin ningún acompañante. Es un doble mérito, que evidencia la fuerza interior y el coraje de esta madre, microempresaria y fundadora del moto club “Faraonas”, integrado sólo por mujeres.
Accidente en Quillota cambió su vida
A inicios de 2016, los aficionados a las motos ya la ubicaban por su primera gran travesía, la “Ruta 5 Chile”, donde iba documentando en fotos en redes sociales, su solitario trayecto por la Ruta 5 Norte desde Arica, hasta el final de la Ruta 5 Sur en Quellón, Chiloé. Y ya se preparaba para seguir nuevas rutas, cuando un accidente en Quillota cambió su vida para siempre.
“El 6 febrero de 2016 en la autopista a la altura de San Pedro- Quillota, yo iba en mi moto a 100 km/h y me impactó por atrás un auto que iba a 160. Me llevaron al Hospital San Martín y me diagnosticaron lesiones leves en el coxis. A las 7 horas me dieron el alta y seguí haciendo mi vida normal. Pero pasaron los días y comencé con fuertes dolores en la espalda y después de varios exámenes, resulta que tenía 4 vértebras fracturadas y traumatismo raquimedular”, relata a Observador.cl , dando a conocer el inicio de un calvario que en ese entonces, parecía despedirla para siempre de las pistas.
Susana pasó del dolor, al parálisis del lado izquierdo y estuvo 4 meses interna en el Hospital Van Buren de Valparaíso, donde le hicieron la primera infiltración de medicamento a la médula. Al salir de alta en el mes de mayo, le dijeron que no volvería a caminar y que debía volver a un control en noviembre. “Ahí le dije al doctor, que yo me pondría en las manos de Dios y volvería caminando”, detalla Susana.
Las nuevas rutas con “Esperanza”
Con el accidente y los gastos médicos, Susana debió vender su primera moto y casi todas sus pertenencias y debió reinventarse para salir de este mal momento. Y justo cuando los médicos le decían que no volvería a caminar, la llegada de una nueva motocicleta, trajo la esperanza de la recuperación.
“Una familia de Santiago, que no conocía en persona, pero que siguieron mi travesía en la Ruta 5 Chile, me regalaron una Regal Raptor 2009. Ahí dije: ‘no, yo tengo que conducir esta moto’ y la bauticé como ‘Esperanza’. Ahí fue cuando comencé a ver tutoriales en YouTube de ejercicios de rehabilitación para mis pies y un motoquero kinesiólogo me ayudó también. No respondía bien mi rodilla, pero cuando vi que podía mover el pie izquierdo para pasar los cambios supe que montaría esa moto, que hoy tiene el sello de discapacidad y está adaptada para que pueda llevar mis muletas. La sorpresa fue grande cuando en noviembre el doctor supo que llegué en moto al control”, detalló.
Gracias al coraje que demostró Susana, el médico la puso en un programa de rehabilitación donde manifestó grandes avances y en paralelo, comenzó como un emprendimiento de bordados con la ayuda de Fosis, que además, según cuenta, la eligió el 2018 como la emprendedora del año en la región de Valparaíso.
Pero había más. A bordo de “Esperanza” vinieron nuevas rutas. Ahora con una moto adaptada para llevar sus muletas, Susana se aventuró nuevamente en solitario, completando el recorrido de extremo a extremo de Chile desde Tierra del Fuego en el sur hasta Visviri, en el noreste del país y convirtiéndose además en la primera mujer motociclista con discapacidad física en recorrer la parte baja de Sudamérica en moto.
“El 2019 me levanté y cumplí mi promesa a Punta Arenas por Tierra del Fuego. En total hice 4 retos por los 4 meses que estuve hospitalizada. Hice todo el sur de Sudamérica en moto, 38 días de viaje, 9378 kilómetros. Cuando llegué me fui derechito a pabellón para otra infiltración a la columna, ya que mi cuerpo estaba muy maltratado. Pero el reto lo completé el 2021, cuando me fui al norte del país, donde llegué hasta Visviri, Putre y Parinacota, terminando el tripartito. Me demoré más, esta vez fui con calma, pero iba compartiendo las fotos de mis rutas en Facebook, mostrando mi pasión como motociclista, porque en 20 años, el motociclismo me enseño a que todo es posible si en verdad lo deseamos”, detalla.
Necesita nueva intervención
Susana continuó con su emprendimiento y su labor como fundadora del moto club “Faraonas”, donde participaba en diversas actividades, principalmente de ayuda a la comunidad. Se acostumbró a soportar el dolor en la espalda, que en parte eran mitigados por los medicamentos.
Pero el 22 de febrero de este año tuvo una fuerte caída en moto, provocada por un accidente de otra motociclista que ocurrió justo donde ella transitaba: “Me diagnosticaron esguince de cadera y costilla, pero recién en mayo me vio el neurocirujano y me encontró una hernia que tiene agarradas mis vértebras y está casi tocando los terminales nerviosos de la columna. El médico pidió que me hicieran otra infiltración en la columna y desde febrero que estoy con un parche de Buprenorfina y corticoides que cuestan 400 mil pesos al mes, hasta que me hagan la infiltración, lo que podría demorar unos 7 meses”, relata.
Hasta ahora la comunidad de motociclistas la ha ayudado a costear sus tratamiento, pero los dolores se hacen cada vez más insoportables y los medicamentos le están ocasionando fuertes alzas de presión, que la han enviado varias veces a Urgencias. Es por ello que están organizando diversas actividades para ayudar a Susana a realizarse lo antes posible la nueva infiltración (Neurotomía Facetaria Percutánea) de manera particular, lo que le permitirá desinflamar la zona y posteriormente someterse a un cirugía para extirpar la hernia alojada en su columna.
“Para evitar el gasto del tratamiento para el dolor y evitar más riesgos a mi corazón decidimos hacer una ‘Tormentatón’ y así entrar a pabellón en una clínica de Viña del Mar. Son cerca de 2 millones de pesos que necesito para costear la intervención. Podría esperar 7 meses y hacerlo gratis, pero los que me conocen saben que yo he estado 7 años viviendo con dolor físico y ahora ellos mismos ven que me bajé de la moto, porque los dolores son insoportables”.
“No hay palabras para agradecer todo lo que hacen por mi, sé que a todos nos cuesta ganar la plata, sobre todo en estos tiempos. Aún así ya tenemos 360 mil pesos reunidos y las próximas semanas realizaremos una rifa” , puntualizó Susana, agradeciendo el apoyo, la preocupación y muestras de cariño de sus pares motociclistas, especialmente de su club “Faraonas”.