En medio de la tragedia ocurrida en la víspera de Navidad, el pequeño le reveló al voluntario que quería ser como él cuando grande
QUILLOTA.- La tarde del martes 24 de diciembre quedará en la memoria como una de las más tristes del último tiempo en Valparaíso. Lamentablemente, los incendios son comunes en esta ciudad debido a su escarpada geografía y, sobre todo, la nula planificación estatal para prevenir este tipo de emergencias. Por eso, lo ocurrido en la previa a la Navidad, era algo que se podía evitar.
Las llamas consumieron barrios en los cerros San Roque y Rocuant, en la parte alta del puerto, cuna del primer Cuerpo de Bomberos de Chile fundado en 1851.
Y fueron ellos justamente los héroes de la jornada, ya que a pesar de las dificultades lucharon durante horas para calmar las intensas llamas que amenazaban con arrasar con todo a su paso. Así lo recordó Fernando Tripainao Cortes, capitán de la Primera Compañía de Bomberos de Quillota y parte del equipo de voluntarios que acudió para prestar apoyo a sus pares porteños.
A sus 34 años Fernando ha mostrado una importante vocación bomberil. Ha estado más de la mitad de su vida ligado a la institución, prestando servicios como voluntario en la Segunda Compañía de La Calera. Tras mudarse a Quillota se desempeñó en la Segunda y luego en la Primera Compañía, donde en la actualidad tiene la responsabilidad de ser el capitán de la unidad.
EMOTIVO ENCUENTRO
Tras llegar de Valparaíso, Fernando contó en sus redes sociales una vivencia que caló hondo en su ser, pues mientras combatía el fuego junto a sus compañeros un niño de seis años se le acercó para contarle su sueño de ser bombero. El quillotano le preguntó por qué y la respuesta lo dejó helado: “Mi casa se ha quemado tres veces, hoy también. Y yo esperaba al Viejito Pascuero”.
Este relato se viralizó en redes sociales, siendo compartido miles de veces por voluntarios de Bomberos de Arica a Punta Arenas, además de personas que se emocionaron con la vivencia escrita en la red social. Fernando Tripainao contó su experiencia en el programa “En el aire esta noche”, de Radio Quillota, donde recordó todo lo vivido con este pequeño porteño.
“Tras acudir a Valparaíso junto a mis compañeros en la unidad forestal de nuestra compañía, más el aljibe de la tercera, llegamos al lugar del incendio donde el comandante de Viña del Mar nos dio indicaciones del trabajo en un punto específico en Rocuant”, dijo Fernando.
“En eso me encontré con un niño, de unos seis años, de tez morena y pelito corto (es lo que recuerdo en medio del caos vivido). Se me acercó con un rostro difícil de describir, entre pena y otras tantas emociones que mostraba su pequeña carita. Iniciamos un diálogo donde me dice que él quería ir al cuartel de Bomberos y yo le dije que sí”.
El bombero quillotano agregó que el pequeño le confesó que “quería ser un gran bombero. Yo le dije que para eso debía estudiar mucho, pues los bomberos lo hacemos para salvar personas. Fue en esta conversación que me dice que por tercera vez se le quemaba su casa y que ese día solo deseaba pasar la Nochebuena con su familia, pero el fuego había dicho otra cosa aquella jornada”.
En medio de ese emotivo momento, el capitán de la Primera Compañía de Bomberos le dijo: “¿Quieres mi casco? El niño, ilusionado, dijo ¡Yaaa! Tras abrazarlo fuertemente, el pequeño jugó con mi casco unos minutos y así, como llegó de la nada, se retiró. De esta manera entendí que no solo estamos para apagar el fuego, sino que dimensioné el trabajo que hacemos socialmente donde somos una luz de esperanza para esa gente que lo está pasando mal”.