Familia clama por justicia mientras decenas de sospechosos han sido descartados por la justicia
LA CALERA.- El sábado 28 de abril de 2018, a eso del mediodía, una niña de 10 años paseaba junto a su familia por la cancha de Los Santos, atrás de la Villa Santo Domingo. Fue en ese momento cuando la pequeña se encontró con una brutal escena: había un cuerpo abandonado el aquel sitio eriazo, ensangrentado y tapado con una sábana.
Al ver esta aterradora imagen, las vecinas se fueron rápidamente del lugar avisando a carabineros y contando lo sucedido a la gente del barrio. Al lugar llegó personal de Carabineros y de la PDI, la fiscal de turno Gabriela Fuenzalida y la Brigada de Homicidios de Valparaíso.
Hasta ese momento, la identidad de aquel cuerpo para todos era un misterio. Sólo se tenía la certeza de que se trataba de una mujer, de alrededor de 35 años, de baja estatura y pelo negro que presentaba signos de violencia sexual.
La mujer estaba ensangrentada y presentaba hematomas en varias partes del cuerpo y tenía un profundo corte en la cabeza, realizado con un ladrillo que se encontró ensangrentado junto al cuerpo. Su cara estaba deformada por los golpes.
Con el paso de las horas, se logró identificar a la misteriosa mujer hallada en el sitio eriazo. Se trataba de Jenifer del Carmen Rojas Rojas, conocida como “La chica Jeny”. Tenía 37 años y vivía, hace más de 30 años, en calle Lautaro hacia Chañaral, a unas cinco cuadras de la Villa Santo Domingo.
Su causa de muerte, según el informe de la autopsia del Servicio Médico Legal, fue fractura craneal y trauma facial. La familia y la población, impactados por lo ocurrido, exigieron con carteles, globos y flores justicia para Jenifer.
“Ninguna persona merece morir así -dijo en aquella ocasión una de sus amigas y vecinas del sector- no sé qué está pasando, son unos animales que no tienen corazón y que debieran sufrir todo el peso de la ley”.
El mismo día que sucedió este trágico y macabro crimen los detectives de la Brigada de Homicidios de Valparaíso comenzaron las diligencias, entrevistando a diferentes personas y especialmente a quienes viven en esos sectores en la ribera del río.
SOSPECHOSO EN LIBERTAD
Una semana después, de acuerdo a los antecedentes recopilados, se logró establecer la identidad de un sospechoso, quien fue detenido y puesto a disposición de la justicia local.
Según los datos entregados por la fiscalía, habían elementos que vinculaban al imputado con los hechos: su polerón ensangrentado, un celular que se encontró en poder del imputado y que era propiedad de la víctima, imágenes de las cámaras de seguridad que muestran que él circulaba por ese sector en horas de la madrugada y la confesión del imputado reconociendo que esa noche estuvo con la víctima.
Sin embargo, él no se declaró culpable, por lo que su formalización se amplió particularmente por existir ciertas pericias de tipo biológico que se encontraban pendientes. Semanas después, y tras el examen de ADN realizado, no se pudo determinar su participación en el hecho y quedó en libertad.
Hasta ahora se han realizado varias pruebas a todos los posibles implicados y sospechosos, pero ninguna ha entregado pistas que permitan establecer culpables de este crimen que ha sido uno de los más brutales cometidos en la comuna.
Agustín Chacana, esposo de la víctima, manifestó su molestia ya que “han citado a un montón de gente, les han hecho pruebas y todas han resultado negativas. Lo que yo quiero es conseguir a través de mi abogada, los papeles de la autopsia y reiniciar la investigación”.
“Nosotros seguiremos insistiendo. Acá en el sector algunos comentan que saben qué pasó y quiénes fueron, yo creo que la jueza no está poniendo mucha atención en este asunto. Traté de hablar con ella pero no pude. Nosotros, sobre todo su madre, queremos que se aclare qué pasó realmente, que él o los culpable del crimen de mi mujer paguen, queremos estar en paz y que se haga justicia”, agregó.