Melissa González, de apenas 20 años, había ganado una beca en Barcelona pero pospuso ese sueño para estudiar agronomía en la Universidad Católica
QUILLOTA.- Sus pasos siempre fueron los de un ángel. Con apenas veinte años, encantó a cada uno quienes fueron testigos de su talento, el mismo que la estaba llamando al viejo continente para potenciar sus estudios de danza. Sin embargo, este lunes el destino le dio un abrupto final a la carrera de la joven Melissa González Guzmán, tal vez la bailarina más talentosa en la historia de Quillota.
Estuvo ligada al mundo de la danza incluso antes de nacer, siendo hija de la maestra María Filomena Guzmán y estando aún en su vientre visitó la Academia Edgar Degas que dirige su madre, desde donde han surgido grandes talentos del baile. Desde los tres años ya dio muestra de su talento y el potencial que, seguramente, la llevaría a los grandes escenarios.
Con el tiempo, el potencial que demostró en la academia de su mamá y maestra no hizo más que confirmarse, siempre destacando en distintas competencias en las que participó tanto en Chile como en el extranjero. En 2014, para una entrevista con “El Observador”, la joven habló sobre su amor por la danza mientras participaba del Gran Prix de Lausanne, importante competencia en Córdoba. Argentina. “De la danza me gusta todo, pero lo clásico me gusta más, paso todo el día entrenando coreografías”, dijo la talentosa niña que en ese entonces tenía 15 años, tiempo en el que ya destacaba por ser una competidora de elite, llegando incluso a ser campeona de ballet en Chile en dos ocasiones.
Fue el virtuosismo que demostró en las tablas el que le hizo ganar una beca para potenciar sus estudios de danza en una prestigiosa academia de Barcelona. Sin embargo, privilegió la carrera de Agronomía en la Universidad Católica aunque si cambiaba de opinión podía viajar a España hasta dentro de los próximos dos años. Pero lamentablemente, todos sus planes terminaron abruptamente el último fin de semana.
DOLOR DE CABEZA
Según sus conocidos siempre fue una persona sana y pocas veces se enfermaba. Es por eso que nadie pudo imaginar que en su cabeza portaba una verdadera bomba de tiempo en la forma de un aneurisma cerebral, deficiencia en una arteria que provoca una inflamación de ésta, llegando a formar un pequeño globo que ante un alza de presión puede llegar a provocar un derrame.
El sábado 15 de febrero el termómetro se elevó hasta los 30 grados, es por eso que a nadie le llamó la atención que Melissa se quejara por un intenso dolor de cabeza. Ninguno de sus cercanos pensó que esa jaqueca era el último aviso antes de la tragedia.
Ya el domingo 16 la joven sufrió un ataque, cerró los ojos y no los volvió a abrir. Ni siquiera vivir frente al SAPU Miguel Concha y la rápida atención que recibió fue suficiente para salvarla. En horas del lunes 17, ya habiendo sido trasladada al Hospital San Martín, los médicos decretaron su muerte cerebral. Ese mismo día su corazón no latió más, dejando un inmenso e irreparable vacío en su familia y en el mundo de la cultura quillotana.
GRAN DESPEDIDA
La talentosa joven recibió el reconocimiento de diversos sectores de la sociedad quillotana, especialmente del mundo de las bellas artes. Incluso en las redes sociales del Centro Cultural “Leopoldo Silva Reynoard” publicaron un sentido homenaje a la bailarina.
“Melissa, en tus veinte primaveras, cuántas veces transfigurada en la bellísima Odette, buscaste el amor eterno entre danzas y rituales en románticas noches bañadas de luna y agobio. Hoy liberada de sacrificios y pesares, bañada en virtudes de amores sagrados, eres ya parte del firmamento de estrellas. Muchas gracias por compartir con Quillota tu inmenso talento y amor por la danza”. Fue parte del mensaje entregado en memoria de la muchacha.
Melissa fue velada en dependencias de la Funeraria Los Paltos y su misa fue realizada en la Parroquia San Martín de Tours, antes de ser llevada al Cementerio Parque Concón, hasta donde llegó acompañada por todos sus amigos y seres queridos.