“Al año 2050 se estima que tendremos las mismas condiciones climáticas que la Región de Coquimbo”

Publicado el at 31/12/2021
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Así lo asegura el director de las carreras del área de Recursos Naturales del Instituto Profesional y el Centro de Formación Técnica Santo Tomás Viña del Mar, Roberto Olguín, quien explica el fenómeno de la sequía y cómo ésta avanza en nuestra región

Las cifras son claras. La región vive una crisis hídrica que se arrastra hace unos 15 años, donde no se ha podido superar el 50% de precipitaciones que se registran en un año considerado normal. A esto, se suma la expansión del área del Desierto de Atacama hacia la Zona Central del país y el cambio en las condiciones climáticas, lo que ha provocado un ambiente de incertidumbre respecto a cómo gestionar todos estos cambios.

Ante este escenario, el director de las carreras del área de Recursos Naturales del Instituto Profesional y el Centro de Formación Técnica Santo Tomás Viña del Mar, Roberto Olguín, realizó un diagnóstico del panorama que enfrenta la Región de Valparaíso y entregó algunas posibles soluciones en “Entrevistas El Observador”.

-¿Cuál es la realidad hídrica de la región?

“Es importante destacar el tiempo que llevamos en déficit de precipitaciones en nuestra región, que ya va bordeando los 15 años. Eso quiere decir que –más o menos- desde el 2005 o 2006 debe haber sido el último año con precipitaciones normales. Esto se ha acentuado en los últimos tres años. El 2019 sufrimos una disminución de las más radicales que han existido desde que hay registro, donde tuvimos un 80% de déficit en cuanto a las precipitaciones. Si lo llevamos a números exactos lo que debiera llover en un año normal son 413 milímetros, eso es lo registrado. Este año, que ya no va a llover más, si tenemos el dato final, han caído 104,9 milímetros. Eso es un déficit del 75% y el año 2019 llegó a un déficit del 80%”.

-Algo de noción se tiene sobre las zonas más afectadas a nivel regional, pero ¿cuáles serían?

“Las zonas del interior, de Petorca, de Cabildo y tiene que ver con los sectores que están más al norte, porque hay un proceso que ya ha comenzado, que se está haciendo evidente y que es el crecimiento del Desierto de Atacama hacia la Zona Central y hay proyecciones que son muy adversas, que fechan para el 2050 el aumento de la desertificación a tal punto que ya las condiciones que tengamos en nuestra región sean similares a las que hay en la Región de Coquimbo”.

-Este fenómeno ya no se puede frenar, ¿cómo será el proceso de adaptación?

“Es un proceso que va a avanzando. De hecho, la Zona Central no es la única que se está secando, nosotros no vamos a poder frenar este cambio climático. Nuestro clima que conocimos aquí en la Zona Central, Región Metropolitana, de Valparaíso va estar desplazado en cuanto a precipitaciones a la zona de la Araucanía y del Ñuble. Lo que nos queda ver es cómo vamos a disminuir ese impacto y también, estimular la reconversión de los sistemas productivos, porque ya hay ciertos cultivos que nosotros ya no vamos a poder desarrollar en nuestra zona, como el rubro de las paltas –que es importante para la zona interior- no se vislumbra cómo mantener ese nivel de producción y crecimiento”.

-¿Cuál podría ser una solución para el problema que representa esta sequía para la producción de paltas?

“Cuando hablamos de adaptarnos no decimos que hay que dejar de producir, porque necesitamos alimentarnos, exportar, crear fuentes de trabajo, pero sí hay que hacer un uso más sustentable del recurso que ya está limitado. Tenemos una serie de hectáreas con plantaciones forestales, por ejemplo, de eucalipto o de pino que no son sustentables con los sistemas de producción. También, en el ámbito de la ganadería habría que hacer un ajuste en la masa ganadera, decidir en qué la vamos a dejar, algo que sea sustentable, como quizás la expansión y crecimiento en el rubro de la producción caprina versus la producción bovina, quizás una reconversión hacia lecherías de cabra, que es algo que ya está adaptado en la zona de la Región de Coquimbo”.

-¿Qué otras medidas se podrían tomar?

“Todo el resto de actividades donde nosotros podamos conservar esa agua que se va desplazando por los ríos, pero que no la vamos aprovechando del todo. Entonces, hay que seguir aumentando el riego tecnificado, aunque aquí en la región aún se mantiene la mayor parte con riego por gravedad, es decir, que el agua viene del río y nosotros la vamos regando por medio de surcos. Hay que avanzar para tecnificar aún más ese riego, para hacer un mejor aprovechamiento del recurso que ya no va a estar disponible”.

-¿Cómo podrían los agricultores de la zona adaptarse a estas nuevas condiciones?

En mi manera de ver, hay que crear una nueva configuración. La configuración que creamos y que permitió el desarrollo actual de la agricultura está basado en otra época donde no teníamos este problema de precipitaciones. Está pensada para otro nivel de lluvias, entonces, con ese nivel quizás no hubiese afectado, pero como vino esta disminución, se hace necesario una nueva política. Lo primero que necesitamos es preservar el agua para consumo humano, que es lo básico y, en segundo lugar, tenemos que tener la política para que estimule la conservación de ese recurso y que no sea porque de libre disposición lo consumamos antes, que es un riesgo que yo veo que puede ocurrir.

 

Roberto Olguín, director de carreras del Área Recursos Naturales del IP-CFT Santo Tomás Viña del Mar.

 

-El nuevo escenario político, con el trabajo que ya está realizando la Convención Constituyente puede ser una buena oportunidad para dar algo de claridad a esta situación.

“Ahora todo esto está en incertidumbre. Recién se van a empezar a ver estos temas en la Convención Constituyente que va a marcar el paso sobre cómo va a ser nuestra nueva regulación y política de agua. Por lo menos, ya tenemos monitorizado cuáles son las zonas de mayor impacto. Estamos viendo la reducción clara en los afluentes y tenemos claro que ése va a ser el futuro. Entonces, tenemos que estar atentos a cómo se va a desenvolver esta discusión para tratar que sea la mejor regulación posible, porque esto lo vamos a tener de aquí a unos 30 años”.

-¿Qué soluciones se vislumbran desde el punto de vista técnico, infraestructura?

“Yo creo que a todas esas alternativas que se han echado mano, crear nuevas fuentes de retención, el riego tecnificado, mejorar los sustratos de suelo, para que pierdan menos agua una vez que se completan y el cambio en el sistema productivo, como también, que se hablaba hasta de las plantas desalinizadoras, yo creo que vamos a tener que echar mano a todas las tecnologías posibles que hayan, para poder mitigar el efecto, porque el impacto de la sequía ha sido interminable y estos 10 últimos años no hemos tenido precipitaciones sobre el 50%. Entonces, tenemos que echar mano a todos los recursos y no descartar ninguno”.

-¿Cuál cree usted que es el papel de las universidades, institutos y CFT de cara a esta sequía que llegó para quedarse?

“Es responsabilidad de las instituciones de educación el ir formando a sus profesionales y técnicos, también relacionándolo con los colegios, avanzando en la articulación con liceos de enseñanza media técnico-profesional en el área agrícola, donde haya convalidación de estudios. Entonces, la idea es que ese estudiante que ya viene de un sector rural, que tiene ciertos conocimientos pase a la educación superior, para que luego vuelva para entregar esos conocimientos –ojalá- en su misma zona”.

A continuación, la videoentrevista completa de EO TV al profesional UST:

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