En Panquehue agrupación de mujeres se unen para ir en ayuda de enfermos postrados

Publicado el at 28/05/2018
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Las voluntarias han sido capacitadas en cuidados de calidad, higiene y asistencia

PANQUEHUE.- Corría el año 2010 y un grupo de mujeres de la comuna de Panquehue se organizó y decidió ir en ayuda para mejorar la vida de aquellas personas que, por diferentes motivos, estaban obligadas a permanecer inmóvil en la cama.

Hoy, gracias a su abnegada labor, cubren de forma gratuita las necesidades de más de 20 pacientes y sus familias. Sólo con su propio esfuerzo y voluntad, pues todas estas mujeres se han asociado para auxiliar.

 

CADENA DE SOLIDARIDAD

Las circunstancias de la vida se unieron a favor de la creación de este grupo. Un familiar de una de las socias fundadoras atravesaba un complicado estado de salud, que lo mantenía con dependencia severa.

Fue allí que “descubrimos que había muchas falencias en el sistema de salud público y más allá de hacer una crítica destructiva, quisimos hacer lo contrario”, rememoró Artemia Hidalgo, secretaria de la entidad.

Razón por la cual se crea la agrupación Possendia, compuesta por socios, voluntarios y colaboradores. La cual entrega implementos médicos, asistencia en actividades de autocuidado y apoyo emocional a sus pacientes.

TOCANDO PUERTAS

Pero para lograr este interés común que las unía, estas mujeres debían reunir los recursos suficientes. De manera que, instalaron un pequeño stand de ventas en el Festival de la Voz de Panquehue.

Así, las ganancias obtenidas les permitieron comprar algunos productos indispensables. “El primer año entregamos diez paquetes de pañales para adultos y al siguiente nos fue mejor. Cada familia recibía dos paquetes al mes”, declaró Artemia.

En paralelo, los implementos médicos como sillas de ruedas, catres o bastones ortopédicos, son financiados mediante proyectos participativos y una vez adquiridos son entregados al paciente en comodato.

EN PRIMERA PERSONA

Con el paso del tiempo, la agrupación Possendia comenzó a proporcionar a sus pacientes una mejor calidad de vida en momentos críticos de la enfermedad, y esto lo sabe muy bien una de sus socias fundadoras.

María Sepúlveda fue operada en junio de 2017, lo que la obligó a hacer uso de algunos de los implementos médicos que ofrece la entidad.

“Necesite un burrito, un bastón y una silla de ruedas. Implementos que facilitaron mi recuperación y me permitieron una independencia que no se consigue si no tienes esos implementos”, explicó María.

A raíz de esto, la situación vivida la acercó aún más a sus pacientes. Agregando que “ahora cuando veo a una persona, yo ya sé lo que siente y sé lo que le debo decir. Incluso ahora valoro y cuido más lo que tenemos”.

Por fortuna, cuatro mujeres con un gran corazón dejaron su vida de lado para ir en ayuda de los más necesitados. Sin pedir nada a cambio, aportan con un pequeño granito de arena.

“Es una sensación bonita y triste a la vez. Sobre todo cuando se nos va un paciente, pero tenemos cooperación de la comunidad y eso nos aliviana este trabajo”, manifestó Eli Hidalgo, tesorera.

 

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