Integrantes se encuentran grabando un Extended Play que reúne una selección de lo mejor de su dilatada carrera musical
LOS ANDES.- Jueves 26 de julio, 10 de la noche. Los integrantes de la Agrupación Chungará están grabando una nueva producción musical en los estudios de la Escuela de Arte Antu Pillán, ubicada en Avenida Chacabuco, con la cual pretenden internacionalizar su carrera.
El ambiente es relajado, aunque cuando deben ponerse serios lo hacen. Un acorde disonante o un timbre vocal a destiempo genera de inmediato un llamado de atención, por lo cual procuran modificar aquella anomalía hasta lograr la perfección.
El estudio es pequeño pero acogedor y tiene todo lo que se necesita para encontrar un sonido potente, ese que quieren conseguir los integrantes de una banda con más de 40 años de historia. En una sala está la mesa de sonido y en la otra la sala de grabación. De esta última, y con guitarra en mano, sale Víctor Acevedo Díaz, uno de los fundadores de Chungará.
“Recuerdo que cuando ingresé al Liceo Max Salas conocí a Marito (Mario García), por ahí en el año 76. Al año siguiente, junto a otros amigos, formamos Chungará, con una propuesta muy diferente a lo que estamos haciendo ahora, ya que en esos años éramos folclore andino, con fuertes influencias de Illapu. Sin embargo, hemos ido evolucionando”, reconoce el músico.
Y eso queda en evidencia con lo que se oye en el estudio, donde las guitarras se entremezclan con el acordeón, la quena, las percusiones, el bajo y la batería. Ese sonido característico de la música nortina se mantiene como base, pero se enriquece con ritmos más modernos, convirtiendo el sonido de Chungará en una propuesta más cercana a la fusión latinoamericana.
TRABAJO EN EQUIPO
Y si bien es cierto Víctor Acevedo Díaz es el director musical de la banda, todos y sin excepción, hacen sus aportes. No es una tiranía creativa, sino más bien una conjunción de ideas que van dando cuerpo a cada una de las canciones. Son las 11 de la noche y suena de fondo uno de los temas más reconocidos de Chungará: “Morenada a Los Andes”.
A oídos de alguien que no es músico todo se oye en orden y el ritmo es altamente contagioso. Pero para los músicos, algo sigue faltando, y buscan intensamente ese detalle que finalmente encuentran. Es que si hay que regrabar la guitarra cinco veces o hacer las voces diez veces más, lo hacen sin dudar. Quieren entregar lo mejor.
Algo que es notable es que, a pesar de las diferencias generacionales, la armonía grupal y musical es determinante para el éxito de esta banda. De los fundadores solo queda Víctor y Mario, quien no estaba durante ese día de grabaciones en el estudio.
Sin embargo, una nueva camada de talentosos músicos jóvenes da vida a lo que hoy es Chungará, incluyendo a Víctor Díaz Ahumada, quien motivado por su padre hoy toca el bajo. Se ve activo, pone atención y es sumamente autocrítico.
Se para al lado de su padre y al parecer no solo comparten los gustos musicales, ya que incluso se paran de igual manera y se ríen de la misma forma. Padre e hijo.
CAMBIO DE ESTILO
El bajista de Chungará recordó el momento que marcó el quiebre musical entre los sonidos andinos y la fusión latinoamericana, que se transformó en la expresión cultural que ahora los identifica. “Se generó un proyecto alternativo llamado Entre Techo, en 1997, con una propuesta que incluyó jazz-folk-rock”, asegura.
El percusionista Alex “Flaco” Johnson agrega: “luego de este proyecto, el actual Chungará evolucionó hasta lo que es ahora. Hasta lo que somos ahora”. Para el acordeonista Franco Contreras, el punto específico que generó el cambio musical en la banda se produjo hace siete años.
“Tras la muerte de uno de los integrantes, comenzaron a fusionarse temas de Entre Techo con Chungará, lo que además derivó en la llegada de nuevos músicos”, dice Contreras. Son muchos recuerdos los que vienen a la memoria, ya que el tocar nuevamente antiguos temas, pero buscando una mayor perfección en el sonido genera nostalgia y al mismo tiempo optimismo en lo que se viene.
De hecho, “Flaco” Johnson viajará en septiembre a Europa, hasta donde llevará los Extended Play (EP) que incluirán seis canciones, a fin de que la banda sea conocida en el extranjero, y por qué no, ser invitados a algún festival u otro escenario del viejo continente.
“Sin duda nos gustaría sonar en el extranjero, pero por supuesto que también esperamos seguir recorriendo el país”, concluyó Víctor Díaz Ahumada. Ya es medianoche, y los músicos se retiran, contentos por la jornada musical.
