Anciano de Quillota se enteró por casualidad que ya tenía casa propia

Publicado el at 01/03/2018
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Fue a la ceremonia de inauguración de viviendas tuteladas donde descubrió que estaba en la lista

QUILLOTA.- Una feliz noticia recibió un solitario anciano de la comuna de Quillota, cuando al consultar por su postulación en una ceremonia de entrega de viviendas, se enteró que era uno de los beneficiados. 

Se trata de Pedro Conrado Toro Rebolledo, quien nació en Boco hace 70 años.  Tuvo toda una vida de trabajo como corralero, donde transitó por varias comunas para subsistir, vivendo en casas patronales y volviendo finalmente a Quillota a terminar su vejez en  soledad, pues nunca se casó ni tuvo hijos.

Tras jubilar se trasladó a arrendar una pieza en una casa comunitaria en calle Pinto. En ese pequeño espacio, que ocupó por más de 5 años, tenía su cama y cocina. El baño debía compartirlo con otras 10 personas.  Cuenta que “el lugar era malo y tenía que estar lidiando constantemente con peleas entre los ocupantes, cortes de luz, incomodidades y yo con 70 años, estaba cansado de estar pasando por eso”.

BUSCANDO UN HOGAR

La soledad de don Pedro la combatía hace 6 años, asistiendo durante el día al Centro del Adulto Mayor “Hermano Miguel”, donde lo incentivaron a inscribirse en el proyecto “Condominio de Viviendas Tuteladas”, iniciativa ejecutada gracias a un convenio entre el Minvu y el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), y que tiene como objetivo proveer de viviendas de calidad y con dignidad a las personas mayores de 60 años y en estado de vulnerabilidad.

Pasado el tiempo, y sin saber que pasaba con su postulación, supo que estaban entregando las casas y que la ceremonia de traspaso de escrituras sería el 22 de febrero. Fue así que el anciano llegó hasta la ceremonia de entrega de llaves a preguntar qué pasaba con su postulación, pero tal fue la sorpresa que se llevó, cuando le dijeron que era el último de la lista de beneficiados -20 de 100 postulantes- por lo que debía firmar su escritura en ese mismo momento.

“No lo podía creer, porque de verdad ya no tenía ninguna esperanza de tener mi casa. Pasé de la incomodidad y la inseguridad, a estar tranquilo y llevar una vida digna. Es una gran oportunidad que me han dado y estoy agradecido de este proyecto. Ya no tendré que enfrentarme con la gente que muchas veces, por ser viejo, no nos toma en cuenta. Ahora tengo mi casita, con cocina, baño propio, sala de estar, lavandería, dormitorio, comedor. Estoy feliz y viviré seguro estos años que me quedan”, dijo.

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