Adriana Hoffmann fue una botánica que cambió la mirada sobre los bosques de Chile

Publicado el at 10:11 am
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Por Roberto Silva Bijit

Fundador de “El Observador”

Al igual que en los bosques, ha caído un tremendo roble entre los demás árboles y ahora comenzará a entrar en la tierra y formar parte de la naturaleza desde donde vino, será parte de la vida de otros árboles. Así ocurrirá con nuestra querida botánica Adriana Hoffmann, que falleció el domingo y que dejó una huella imborrable en el conocimiento y defensa de nuestros bosques.
Mantuvo una estrecha relación con “El Observador”, tanto a través de columnas con fichas de árboles nativos, como a través de la revista mensual “Voces del Bosque”, que durante años imprimió en nuestros talleres gráficos, desde donde salía para todo Chile. Fue en la década de los 90. Ella junto la periodista Malú Sierra, levantaron la voz del bosque para que fuera escuchada por las autoridades y respetada por la comunidad. En su logo, el chucao, ese pajarito que marca la delimitación entre el hombre y el bosque en el sur de nuestro país.
Nosotros, que somos un medio comprometido en la defensa y promoción de la naturaleza, vivimos un momento maravilloso cuando adentro de un sobre pudimos entregar en estas páginas unas semillas de árboles nativos para ser plantadas por los lectores, siguiendo las instrucciones de Adriana. Trataremos de volver a hacerlo, en combinación con la CONAF, como un homenaje a su memoria. Algo tenemos avanzado con el director regional, Sandro Bruzzone, y es posible que en los próximos meses podamos hacer realidad la iniciativa.
Adriana Hoffmann dedicó su vida al cuidado del bosque chileno. Su gran obra, “La tragedia del bosque chileno” (1999) se constituyó en un documento donde intervienen diversos científicos nacionales e internacionales y en los que se demuestra que deben fijarse nuevas políticas para la protección de nuestros ecosistemas.
Uno de sus principales aportes fue la creación de la Fundación Bosqueduca, desde la cual formaron una plataforma con publicaciones y manuales dedicados a la plantación y reproducción de semillas, así como la difusión de las diferentes especies. Hasta editaron una enciclopedia del bosque nativo. Con esa obra trabajamos en la publicación de cuadernillos y después en el libro “Conectados con nuestra naturaleza”, vinculado al Parque Nacional La Campana.
A través de la Fundación Claudio Gay Adriana Hoffmann publicó varias obras fundamentales para el país. Uno de sus más bellos libros es “El árbol urbano en Chile”, que lleva más de cuatro ediciones y nos muestra con bellísimas ilustraciones todos los árboles con los que convivimos en las plazas, calles y parques. De la misma colección son sus libros sobre “Flora Silvestre”, centro y sur; sus “Plantas medicinales de uso común en Chile”, su guía para recorrer el desierto florido o su manual “Plantar, plantar, plantar”, donde explica paso a paso las formas para ayudar a la reproducción de nuestros árboles.
Como ella misma repitió tantas veces: “El cultivar, plantar y reforestar con especies nativas los paisajes perdidos cercanos a las ciudades, resulta lo más lógico y ético, porque allí viven miles de personas –sin distinguir entre las distintas clases sociales- que se enferman por la mala calidad del aire y la falta de la frescura y del verdor reparador de los árboles y se agobian por el invasivo cemento de calles y construcciones urbanas”.
Ha partido una de las botánicas más importantes de Chile, a la que esperamos rendirle un homenaje de semillas y vida vegetal. Gracias Adriana Hoffmann por todo lo que nos enseñaste sobre nuestros árboles.

 

 

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