Hace unos tres años, una oficina de propiedades de Santiago, puso a la venta la casa que fuera de Benjamín Vicuña Mackenna en Santa Rosa de Colmo y que ahora pertenece a la familia Borgoño, que vivía en esa histórica construcción.
Desde hace un corto tiempo, ellos tampoco están viviendo en el lugar, lo que abre un espacio para activar las ideas de que la casa pueda ser adquirida para conformar un Centro Cultural.
La casa fue declarada Monumento Histórico Nacional por Decreto Supremo N° 50 del 29 de enero de 1987, por el inmenso valor patrimonial y sentimental que tiene, ya que a lo largo de siglos ha sido un lugar de privilegio en la historia de Chile.
Sería lamentable que se dejara pasar esta oportunidad
para recuperar como patrimonio público este hermoso lugar de nuestra zona. Sabemos que el Consejo de Monumentos Nacionales, la Biblioteca y Museo Benjamín Vicuña Mackenna y el municipio de Quintero, tienen interés en que sea preservada y después transformada en un Centro Cultural.
Originalmente la propiedad fue patrimonio de los Jesuitas, pero más tarde el Presidente del Reino de Chile, Alonso de Sotomayor, se la obsequió al piloto Juan Fernández, ya octogenario, en gratitud a los servicios prestados al país.
La esposa de Benjamín Vicuña Mackenna, Victoria Subercaseaux, la recibe en herencia por parte de su padre. Ellos se hacen cargo del lugar cerca de 1860, cuando comienzan a reparar la casa colonial, creando un jardín y parque que hasta hoy tienen valor botánico.
También la amplia casa fue arreglada para la temporada de verano-otoño, entre noviembre y mayo, en que don Benjamín y su familia se venían al campo, donde recibían visitas y donde el gran periodista e historiador continuaba su inagotable y fecundo trabajo. Armó su biblioteca y su escritorio, además de agregar varios espacios para el descanso y la observación de la naturaleza.
En esa área quiso proponer la construcción de una nueva ciudad en la costa. Hacia diez años –que con su decido apoyo- se había fundado la comuna de Viña del Mar y Vicuña Mackenna estaba proponiendo Colmo como lo que sería en el futuro Concón. Se llamaría Población Victoria, como su esposa.
En la histórica casa hay dos columnas de ladrillos en el acceso principal, que tienen incrustada una placa rectangular de mármol, con las iniciales de los dos dueños de casa, Victoria y Benjamín.
La noche del 25 de enero de 1886, falleció don Benjamín, siendo trasladado a Quillota para su grandioso funeral, uno de los más concurridos de la historia del país.
También tienen valor, porque se trata de construcciones coloniales, un galpón y un torreón que está en las afueras de la actual propiedad de los Borgoño, pero que pasaron a manos de pequeños agricultores durante la Reforma Agraria. Ambas construcciones podrían reconstruirse, para mostrar el entorno del lugar.
Cada día que pasa perdemos más construcciones patrimoniales, tanto de valor histórico como arquitectónico, para dar paso a obras nuevas sin significaciones, que van borrando lo mejor del pasado.
Hay muchas instituciones que podrían comprometerse para conseguir que todo este entorno vinculado a Benjamín Vicuña Mackenna –uno de los hombres más brillantes que han nacido en Chile- pudiera ser adquirida por el Estado y entregada como centro cultural a nuestra zona, especialmente a las comunas de Quintero y Concón.