“La empresa tiene que ser empática con el territorio donde está instalada”

Publicado el at 15/06/2022
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foto hector nordetti
Héctor Nordetti, director de Fundación La Semilla, explica el método aplicado durante los 25 de experiencia desarrollando proyectos sociales con fondos empresariales

Fundación La Semilla cumplirá 25 años de existencia el próximo mes de agosto. Fue creada en 1997 por la empresaria Carmen García Domínguez, después de percatarse que las mujeres de La Cruz y Pocochay necesitaban capacitarse para desarrollar actividades que las volvieran más autosuficientes y activas.

Por ello, inició una serie de talleres para ayudar a estas mujeres y pronto surgió la inquietud de crear una fundación para ir en apoyo de las personas más vulnerables de la región, incluyendo a niños, personas con discapacidad, de la tercera edad, en situación de calle y con dependencia a las drogas y alcohol.

En estas dos décadas, Fundación La Semilla ha diversificado la ayuda que entrega a la comunidad. En la actualidad, la Fundación tiene una serie de centros en distintas comunas de la región y, además, trabaja con empresas desde Arica hasta Chaitén.

“Las empresas nos hacen aportes y nosotros vamos ejecutando proyectos sociales, que puedan apoyar las distintas empresas, y también tenemos convenios con ministerios, como el de Medio Ambiente, además tenemos convenios con universidades”, explica Héctor Nordetti Calderón, director de Fundación La Semilla.

Consultado por cuál es la forma más saludable en que las empresas pueden relacionarse con la comunidad, Héctor Nordetti responde que “lo primero es hacerse parte de la comunidad, la empresa tiene que ser empática y vivir lo que es en comunidad en el territorio donde está instalada, porque así se detectan las debilidades en las que una empresa privada puede apoyar”.

“Segundo, tener una alianza también concreta con la gobernanza municipal, porque una empresa no puede estar desligada de lo que son los requerimientos municipales”, dice el director de la Fundación.

“Y lo tercero, es utilizar los instrumentos que les da el Estado para poder ejecutar sus compromisos sociales, y eso es usar las distintas leyes de donación que están disponibles para poder trabajar con el territorio”, comenta Nordetti.

“Y lo otro, es que las empresas de verdad abran sus puertas para que la comunidad conozca lo que hacen en detalle, porque la gente también mira la empresa y no sabe lo que pasa adentro”, dice.

“Entonces es bueno que hagan estos días abiertos y que se hagan parte de la comunidad, que los inviten y eso hace también que haya una empatía desde la propia comunidad hacia el esfuerzo privado, que es un tremendo esfuerzo; están creando trabajo, están creando oportunidad y también haciendo innovaciones en el territorio; que puedan apoyar a las escuelas y a los centros de formación técnica, hay mucho más que se puede hacer”, expresa Nordetti.

Hoy en día, la sede de la Fundación está en la comuna de Hijuelas, y sus proyectos se mantienen en distintos puntos de la Región de Valparaíso y de Chile.

En relación a su labor, Héctor Nordetti rescata una de las experiencias exitosas que han tenido con el mundo empresarial.

“Con Propal hicimos -hace un par de años- un curso de precontratos, que son instrumentos que entrega Sence (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo), a alumnos de colegios técnicos y se hizo con cuartos medios, para que los chiquillos terminaran su educación media en un liceo técnico con una licencia de conducir en maquinaria agrícola, grúas, horquillas, etcétera. Entonces, esa fue una experiencia muy exitosa y que se da usando los instrumentos del Estado”, indica Nordetti.

Cabe destacar que Fundación La Semilla cuenta con distintos centros, como el comedor abierto “Madre Teresa de Calcuta”, ubicado en el cerro Mayaca de Quillota. Según explica el director de la Fundación, la iniciativa está dirigida a las “personas en semi situación de calle o que están lejos de sus familias, por lo que viven solas. La mayoría de ellos viven solos. Todos los días se reparten alrededor de 30 raciones, de lunes a viernes y cuando hay necesidad, nosotros entregamos mercadería para los días en que no pueden retirar su alimento”.

En el cerro Mayaca, la Fundación también tiene el jardín infantil llamado “La Semillita”, con una matrícula para 52 niños y niñas.

Además, tienen un centro en el sector de La Tetera en Quillota, denominado Comunidad Terapéutica “Levántate” dirigido a las mujeres con adicciones a drogas y alcohol, donde ellas pasan un tiempo hasta que se recuperan y pueden estar con sus hijos, en una situación de seminternado.

En la comuna de Nogales, la Fundación cuenta con un centro comunitario y cultural en La Peña y en Hijuelas, mantiene un centro de apoyo a las personas en situación de discapacidad, en alianza con la Municipalidad de la comuna.
Adicionalmente, el centro “Betania Acoge” de Valparaíso pertenece a la red de Fundación La Semilla, y se dedica a recibir a mujeres en situación de extrema vulnerabilidad.
La Fundación tiene un “cowork” en alianza con el mundo privado en Tocopilla; apoya a un centro ecológico de la Escuela Salesianas de Catemu; entrega ayuda en la granja ecológica Edelweiss en la misma comuna y apoya a dos centros terapéuticos llamados “Fazenda” en Ancud, Chiloé.
Al año, son cerca de 70 mil las personas que se benefician de forma directa de la labor de Fundación La Semilla. La institución ayuda a las escuelas durante el proceso para obtener la certificación ambiental, realizando un plan de trabajo y haciendo la postulación para la certificación de nivel básico, medio o de excelencia.
“También tenemos muchas becas laborales y programas de capital emprendedor, para que emprendedores en general en el país puedan tomar oportunidades que hay con Corfo u otros capitales de las empresas para fortalecer sus iniciativas”, cuenta Héctor Nordetti.

Para celebrar los 25 años de existencia de la Fundación, la institución está impulsando una campaña de reforestación ya en curso, en la que fijó la meta de plantar mil árboles nativos por año y cerca de 25 mil ejemplares en total.

En la Región de Valparaíso, el objetivo es sembrar más de ocho mil palmas chilenas (Jubaea chilensis) y desde julio, la campaña se extenderá a otras regiones, en alianza con Conaf (Corporación Nacional Forestal) y con la Fundación Jardín Botánico Nacional.

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Al año, son cerca de 70 mil las personas que se benefician de forma directa de la labor de Fundación.
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Carmen García Domínguez (tercera desde la izquierda) es la creadora de la entidad. En la imagen junto a integrantes de la fundación.
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